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Cordialmente.

Liliana Aída Beatriz Urrutia.
Contacto: urrutiaabogada@gmail.com



sábado, 29 de mayo de 2010

Invictus de William Henley

Fuera de la noche que me cubre,
Negra como el abismo de polo a polo,
Agradezco a cualquier dios que pudiera existir
Por mi alma inconquistable.
En las feroces garras de las circunstancias
Ni me he lamentado ni he dado gritos.
Bajo los golpes del azar
Mi cabeza sangra, pero no se inclina.
Más allá de este lugar de ira y lágrimas
Es inminente el Horror de la sombra,
Y sin embargo la amenaza de los años
Me encuentra y me encontrará sin miedo.
No importa cuán estrecha sea la puerta,
Cuán cargada de castigos la sentencia.
Soy el amo de mi destino:
Soy el capitán de mi alma.

The Man in the Arena es el título de un discurso de Theodore Roosevelt que Nelson Mandela dio al capitan del equipo de rugby para inspirarlo en la realidad :
No importa el crítico; ni aquel que muestra las falencias del hombre fuerte, o en qué ocasiones aquel que hizo algo podría haberlo hecho mejor. El reconocimiento pertenece al hombre que se encuentra en el campo de batalla, con el rostro manchado de polvo, sudor y sangre; aquel que persevera con valentía; aquel que erra, que da traspie tras otro, ya que no hay ningún esfuerzo sin tropiezo ni caida. Aquél que realmente se empeña en lograr su cometido; quien conoce el entusiasmo, la devoción; aquél que se entrega a una noble causa; quién en el mejor de los casos encuentra al final el triunfo inherente al logro grandioso; y que en el peor de los casos, si fracasa, al menos caerá con la frente bien en alto, de manera que su lugar jamás estará entre aquellas almas que, frías y tímidas, no conocen ni victoria ni fracaso.

Versión de Juan Carlos Villavicencio, publicada en Descontexto.